viernes, 21 de septiembre de 2012

.¿ Qué se puede hacer para reducir la tensión arterial ?


 


 

En una entrada anterior ya comentamos en qué consistía la tensión arterial  y cuáles eran los peligros de la elevación de sus valores. Obviamente en los casos más graves será necesario la toma de medicamentos (en ocasiones varios) para disminuir sus cifras, pero en situaciones de ligeras elevaciones es frecuente que se normalicen los valores con medidas que no incluyan la toma de medicamentos, es lo que se llama intervenciones no farmacológicas. Además hay que tener en cuenta que aun en el caso de hipertensiones muy severas este tipo de medidas serán imprescindibles, ya que aunque se tomen muchas pastillas si no se aplican estas intervenciones no se va a poder controlar adecuadamente la tensión arterial. Pasaremos a describir brevemente en qué consisten estas medidas.

 

Reducción de peso

 

En las últimas décadas en los países industrializados se está observando un aumento preocupante en la proporción de personas obesas. Así, por ejemplo, en Estados Unidos sólo un tercio de la población adulta tiene un peso normal según los últimos datos y en Reino Unido el 50%.

 
Se ha comprobado como la presencia de sobrepeso aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiacas o infartos cerebrales, lo cual sumado a la presencia de valores altos de tensión arterial hace que el riesgo se multiplique. Pero, además la obesidad hace que empeore la hipertensión, sobre todo en aquellos casos  en los que se distribuye la grasa preferentemente en el abdomen. Algunos estudios han encontrado que por cada aumento del índice de masa corporal de 1 [IMC, un medidor de sobrepeso] la tensión se incrementaba en casi 1,5 mmHg.
Del mismo modo, la disminucion de peso produce efectos beneficiosos sobre la reducción de valores de presión arterial. Un estudio  donde las personas perdieron de media 3,9 kg de peso encontró una reducción media de tensión arterial de casi 3 mmHg.
 

 

Disminución de la sal de la dieta

 

En este sentido, también hay evidencia sobre los efectos beneficiosos en el control de la tensión arterial de la reducción de la ingesta de sodio (por medio de la sal) de la dieta. Ya en una entrada anterior  hablamos extensamente de ello, por lo que remitimos al lector a dicho apartado.

 

Dieta (en personas sin problemas de niveles elevados de potasio)

 

Existen evidencias que una dieta vegetariana podría ayudar a controlar la hipertensión. Igualmente los beneficios de la dieta mediterránea son evidentes habiendo mostrado en algún trabajo una reducción de más de 7 mmHg a los 3 meses de comenzar la dieta, valores, por otra parte, nada despreciables.

Por otro lado, en un estudio norteamericano se comprobó como los pacientes que seguían una dieta denominada DASH la reducción en los valores de tensión arterial era de casi 6 mmHg. Se puede consultar el plan alimenticio de dicha dieta en la siguiente web 

 

Disminuir  la ingesta de alcohol

 

Parece también evidente que un elevado consumo de alcohol produce elevaciones importantes de la presión arterial. Sin embargo, según algunos estudios, un consumo moderado de alcohol, como por ejemplo un vasito de vino al día o una cerveza/día podría tener algún efecto beneficioso sobre el control de la tensión arterial, así como disminuir ligeramente el riesgo de padecer un infarto cardiaco o cerebral.

 

Suprimir el tabaco

 

Los efectos perjudiciales del tabaco son evidentes al producir multitud de enfermedades pulmonares (entre ellas cáncer) así como aumentar el riesgo de muerte de causa cardiaca o cerebral. Si a ello sumamos que la persona tiene la tensión arterial elevada, el riesgo se multiplica, además que el tabaco por sí solo es capaz de producir discretas elevaciones de tensión arterial.
 

Ejercicio físico

 

En la entrada sobre hipertensión y ejercicio  ya hablamos sobre la importancia de la practica de la actividad fisica regular y anaeróbica como medida eficaz para el control de la tensión arterial. Además, hay que tener en cuenta que muchas veces el ejercicio conlleva una importante pérdida de peso y una disminución en los niveles de ansiedad y estrés, con lo que los beneficios se multiplican.

 

Evitar el estrés mental

 

Si bien, los resultados de los estudios no son en ocasiones muy concluyentes, por la dificultad de medir un parámetro como la ansiedad y el estrés mental, parece que un nivel elevado puede contribuir al descontrol de los valores de tensión arterial, por lo que pueden ser útiles técnicas de relajación o cualquier otra  para disminuir el estrés mental.
 

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