domingo, 27 de abril de 2014

¿Qué hacer si la fístula de diálisis empieza a sangrar en casa?



En entradas anteriores de este blog, hemos hablado sobre qué es una fístula arterio-venosa de diálisis, para qué se realiza y cómo se actúa ante una infección de la misma. Hoy, nos centraremos en otra complicación, como es el sangrado de la fístula fuera de la unidad de diálisis.



¿Cómo actuar si empieza a sangrar la fístula?

Lo primero que hay que decir es que se trata de una situación relativamente frecuente y que en la mayoría de los casos no conlleva ninguna gravedad si se realizan las cosas adecuadamente. Es cierto que la sangre es muy escandalosa y al ver como empieza a salir puede ser frecuente que nos pongamos nerviosos y no sepamos que hacer. Para recordarlo, diremos que en este caso hay que seguir la regla de las dos C, es decir, comprimir y mantener la calma.
Y, en este punto,  llegaría la siguiente pregunta, ¿cómo se comprime? Para responderla  vamos a seguir los pasos que, de  forma muy clara y concreta se exponen en el blog: Diálisis, diario para principiantes  y que se pueden consultar aquí.
En principio, lo fundamental será comprimir (recordemos la regla de las dos C) con el dedo índice contrario justo en el punto donde salga la sangre. Evidentemente, si se hace con una gasa doblada sería lo ideal, pero si nos pilla fuera de casa con cualquier cosa que pueda hacer de tapón, como por ejemplo un pañuelo desechable (obviamente limpio). Hay que evitar a toda costa utilizar elementos que puedan contaminar la fístula, ya que podría ser peor el remedio que la enfermedad. Por tanto, si usamos gasas mejor, y sino cualquier  cosa lo más estéril posible.
Una vez iniciada la compresión, mantendremos durante al menos media hora, si puede ser más, mejor, y tras comprobar que ha cedido la hemorragia habrá que cubrir el punto sangrante con algo. Lo ideal volverá a ser una gasa limpia con dos esparadrapos a ambos lados para sujetarlo bien. Una vez realizado, comprobaremos periódicamente que está limpia la gasa y que no vuelve a sangrar la fístula.



¿Y si no cede la hemorragia?

Habitualmente con estas medidas suele ceder el sangrado y no se precisa realizar nada más, salvo vigilancia periódica de la gasa para comprobar que no vuelve a mancharse, como hemos comentado anteriormente. Sin embargo, en algunos casos, afortunadamente muy poco frecuentes, la hemorragia continúa a pesar de una buena compresión del dedo índice en el punto sangrante. ¿Qué se debe hacer en estos casos? Pues bien, en estas situaciones añadiremos una tercera C a las dos anteriores, además de comprimir y mantener la calma, es necesario correr al hospital o unidad de diálisis más cercano.
Cuando me refiero a correr, no quiero decir que cojamos el coche y vayamos conduciendo a lo loco al hospital, pero si que no se demore en acudir al centro hospitalario. Por ejemplo si es medianoche, empieza a sangrar la fístula y no cede tras media hora, no esperar a acudir a urgencias a la mañana siguiente, sino acudir en ese momento bien por nuestros propios medios o llamando al servicio de ambulancias. Por supuesto durante todo el tiempo de transporte hay que seguir comprimiendo con el dedo índice el punto sangrante, por lo que bajo ningún concepto, la persona con hemorragia por la fístula podrá conducir un coche. En caso  que esté sola, deberá trasladarla una ambulancia de urgencias.



Una vez corregido el sangrado, ¿debo decir algo en la unidad de diálisis?

Como señalábamos al principio, lo más frecuente es que la hemorragia sea muy leve y con una compresión del dedo índice durante un rato, ésta ceda. Ahora bien, ¿es necesario comunicar que este hecho ha sucedido al personal de diálisis cuando volvamos a acudir a nuestro turno habitual, ya sea en 24 o 48 horas? La repuesta es sí. Veremos a continuación por qué:
El sangrado de fístula arterio-venosa de diálisis puede estar motivado en ocasiones por un problema de flujo, de tal manera que si hay una estrechez, la sangre que está inmediatamente por detrás de esa zona estará ejerciendo una presión mayor sobre las paredes (como en una tubería). Por ello, si en la zona donde se han tenido colocadas alguna de las agujas de diálisis, el tiempo hasta que la sangre se coagula es muy largo o aparece hemorragia una vez que la persona esté en su casa, todo ello puede ser indicativo de que la fístula no funciona bien y tiene alguna estrechez importante, con lo que el personal sanitario deberá revisar la fistula de forma concienzuda y si siguen persistiendo las dudas pedir alguna prueba, como una fístulografia (radiografía con contraste de la fístula) para descartar la presencia de un estrechamiento. De ahí, la importancia de comunicar cualquier sangrado de la fístula aunque sea mínimo. 



viernes, 18 de abril de 2014

La biopsia renal (II): ¿cómo se realiza y qué cuidados se precisan posteriormente?


En un post anterior  hemos hablado sobre las indicaciones  de la biopsia renal, así como en que casos no es aconsejable su realización. Pues bien, en la siguiente entrada describiremos cómo es la técnica en sí, qué cuidados son necesarios tras su realización, y qué posibles complicaciones pueden aparecer (aunque son raras).

¿Cómo se realiza una biopsia renal?

Lo primero que hay que decir es que se trata una técnica muy utilizada y que en cualquier servicio de Nefrologia de un hospital es muy frecuente su empleo. En algunos casos lo efectúan nefrólogos, en otros radiólogos junto con nefrólogos, y en otros urólogos. Lo importante es siempre, que el equipo que lo realice tenga la experiencia suficiente para que las complicaciones sean mínimas.
Nos centraremos en la técnica  denominada biopsia renal percutánea dirigida por ecografía, ya que es la más realizada y aconsejable (por la baja frecuencia de complicaciones).
En primer lugar, la persona  a la que se va a realizar la biopsia debe estar en ayunas y en algunos hospitales, ingresa la noche anterior. La tensión arterial debe estar controlada (para evitar riesgo de sangrado) y a continuación se pincha una vena del brazo para tener una vía por donde se introduce suero (por sí apareciese un pequeño mareo poder infundir por dicha vía líquido para subir la tensión arterial). Seguidamente, se coloca a la persona boca abajo y se anestesia la zona de los riñones donde se va a pinchar, con lo cual el procedimiento no debe doler.



Como se dispone de ecografía, con ello se localiza un riñón y se visualiza en la pantalla. A continuación se introduce la aguja de biopsia a través de la piel (no duele) y se va siguiendo su camino a través de la pantalla. Cuando llega al riñón, se aprieta un botón de la aguja (hace click) y de esta manera se extrae una pequeña muestra de tejido renal. Se saca la aguja con la muestra, que se deposita en un pequeño vaso con suero para su estudio y se vuelve a repetir el procedimiento una u otras dos veces hasta que hay muestra suficiente para su estudio al microscopio, acabándose de esta manera la biopsia.


Hay que señalar dos cosas importantes:
-   el tamaño del tejido que se saca en cada pinchazo es similar a un cilindro como un  alfiler de diámetro y de longitud como una uña pequeña, es decir, muy pequeño
-   no se trata de una operación abierta; el riñón se pincha a través de la piel, pero no se pone en contacto con el exterior.
Para una mejor comprensión del procedimiento se puede ver el siguiente vídeo donde se realiza una biopsia renal 



Cuidados tras la biopsia

Una vez ha concluido el procedimiento, se pone un vendaje bastante apretado en la zona donde se ha pinchado y se da la vuelta a la persona, que pasa a estar tumbado boca arriba, y en esta posición deberá permanecer 24 horas sin moverse, para evitar riesgo de sangrado. Es ésta, la parte más molesta del procedimiento, el tener que permanecer sin moverse durante esas horas, pero estando entretenido con una buena conversación, o un libro interesante el tiempo pasará más rápido. 
Durante estas horas, es muy importante vigilar la tensión arterial (que no baje), la frecuencia cardíaca o pulsaciones (que no se acelere) y el color de la orina (aunque en las primeras horas puede haber sangre, rápidamente debe ir aclarándose). 

Todo ello, se realiza para descartar la presencia de sangrado del riñón donde se ha pinchado. Es adecuado, además, una buena hidratación durante todo este tiempo, con lo que puede ser adecuado tomar además de agua, zumos, leche, infusiones...
Al día siguiente, se efectúan unos análisis (para vigilar las cifras de hemoglobina y descartar hemorragia) y, en algunos casos una ecografía (con el mismo objetivo que los análisis). Si todo está correcto, la persona se puede levantar y marcharse a su casa de alta.
Durante la siguiente semana, se puede realizar vida normal, con la única precaución de evitar levantar grandes pesos, así como no realizar actividades deportivas o de contacto que puedan suponer un golpe en los riñones (por ejemplo, jugar a rugby, practicar kárate...). Pasados esos siete días, ya se puede realizar una actividad totalmente normal, y a partir de los 7-10 días ya se sabrá el resultado que se ha obtenido de la biopsia renal.



Posibles complicaciones de la biopsia renal

Aunque la biopsia renal es un procedimiento muy seguro, y la frecuencia de complicaciones es muy baja, éstas podrían aparecer en algún caso, por lo que las señalamos a continuación:

-   sangrado. Dentro de la rareza de aparición de complicaciones, ésta es la más frecuente. Generalmente suele ser escasa (la orina se tiñe de rojo) y cede sola, aunque en contadas ocasiones puede requerir operación abierta para cerrar un vaso sangrante o mediante cateterismo.



-   dolor tras la punción. Muy raro, pueden aparecer molestias, pero generalmente no aparece dolor fuerte, y si éste se presentase se cuenta con medicación eficaz para calmarlo.
-   infección. Si siguen los protocolos habituales de esterilización en la sala donde se va a realizar la biopsia (limpieza, paños verdes...) y el personal también cumple esas normas (mascarilla, guantes, bata estéril...), es muy rara su aparición.
-   fístula arterio-venosa. Como consecuencia de la punción en el riñón, la creación de una comunicación  entre una arteria y vena del riñón. Si se produce, generalmente suele curar sola y rara vez precisa intervención quirúrgica para corregirla.

Para saber más sobre la biopsia renal

Si alguien desea ampliar información sobre la biopsia renal puede consultar los siguientes enlaces:

-   información sobre procedimiento de la Fundación Puigvert de Barcelona ( Cataluña, España) ( consultar aquí)
-   revisión general sobre biopsia renal de la Sociedad Española de Nefrologia (enlace aquí
-   información, en español, del Georgetown Hospital System (Estados Unidos). Aunque mencionan también la biopsia renal abierta, dada su escasa frecuencia,  conviene centrarse en la técnica percutánea por ecografía, que hemos descrito aquí (enlace

-    vídeo donde se ve la pantalla del ecógrafo durante una biopsia renal ( se observa perfectamente el riñón) 


lunes, 14 de abril de 2014

¿Es beneficioso el consumo de hibisco para la hipertensión arterial?


Siguiendo con el tema de las plantas medicinales que puedan tener algún efecto sobre la tensión arterial o el funcionamiento de los riñones y tras haber hablado en anteriores entradas de este blog sobre la cola de caballo  y el regaliz, en esta ocasión nos centraremos en el hibisco, una de las plantas de la que existe mayor evidencia científica en cuanto a sus efectos beneficiosos en relación con el control de la tensión arterial en pacientes hipertensos.

Sobre el hibisco
Hay que señalar en primer lugar que se trata de una planta muy utilizada como infusión en regiones como Estados Unidos, México, Centroamérica, Oriente Próximo, Sudamérica... Se conoce también como agua de Jamaica y el nombre científico de la planta es Hibiscus sabdariffa.
Los cálices  de las flores, debidamente desecados, son los que se emplean para realizar las infusiones entre las que se encuentra el popular té de hibisco. Para más información sobre esta planta se puede consultar el siguiente enlace.

                                               



Un estudio "sorprendente"

A finales del pasado año apareció en varios medios de comunicación una noticia ciertamente interesante. En ella se hablaba de los resultados de la utilización de pétalos de hibisco en un grupo de pacientes hipertensos y con sobrepeso, experimentando tras 4 semanas de seguimiento,  una reducción importante en los valores de tensión arterial y colesterol.
El trabajo, en el que han intervenido investigadores de la Universidad Miguel Hernández de Elche, Universidad de Granada, y el Hospital de Tarragona (todos en España), ha sido publicado en la revista Molecular Nutritional and Food Research a comienzos de este año y puede consultarse aquí. En el estudio había dos partes en animales y en humanos. Centrandonos en estos últimos, se estudiaron 31 personas con hipertensión arterial que tomaron extracto de hibisco durante 4 semanas (entre 6 y 8 gramos diarios). Tras ello los valores de tensión arterial disminuyeron una media de 11 mmHg y el colesterol también disminuyó de manera significativa, así como otros parámetros involucrados en la oxidación celular. Es decir, es como si fuera un producto que protegiese nuestro cuerpo frente a la posibilidad de tener un infarto cardíaco o cualquier otro proceso similar, ya que ayuda a bajar la tensión arterial, el colesterol y es antioxidante, ¡suena bien!,  ¿verdad?.


Más estudios...

Sin embargo, se podría argumentar al trabajo anterior el hecho de que sólo se administrase a 31 personas hipertensas (muestra muy pequeña) y durante 4 semanas (periodo de seguimiento muy corto). ¿Invalida este hecho los resultados obtenidos? No, pero revisaremos si hay más estudios publicados sobre los efectos de cálices de hibisco en hipertensión arterial:
-   un trabajo realizado en Irán y publicado en 2009 comparaba los efectos producidos sobre la tensión arterial al consumir té negro y té de hibisco (2 tazas al día). Concluyó que se producía una discreta disminución de los valores de tensión arterial en el grupo que tomó hibisco frente a los pacientes que tomaron té negro, en los cuales la presión arterial aumentó. Puede consultarse aquí.

-   otro estudio publicado en 2010 en 65 pacientes hipertensos mostraba resultados similares: una discreta disminución de la tensión arterial frente a aquellos que no consumieron hibisco. Puede consultarse aquí.
-   en otros dos trabajos se comparaban el efecto de hibisco en bajar la tensión arterial frente a dos medicamentos de amplio uso, como son Captopril y Lisinopril, siendo similar al primero e inferior en eficacia al segundo. Para más información, sobre los datos obtenidos se puede consultar aquí y aquírespectivamente.


¿Puede tener efectos secundarios?

Ya hemos visto que la toma de hibisco podría resultar beneficiosa para ayudar a controlar los valores de tensión arterial, ahora bien, al estar introduciendo una sustancia a nuestro organismo (aunque sea de origen natural), ¿podría ésto tener efectos secundarios?
Para responder esta pregunta echaremos mano de una magnífica revisión sobre todos los estudios realizados con esta sustancia en pacientes hipertensos, realizada por el Dr.Hopkins y su equipo, en la Universidad de Arizona y publicada en 2013 (se puede consultar aquí ).
Según los casos estudiados, el consumo de hibisco puede considerarse seguro a dosis bajas, moderadas, sin haberse documentado ningún efecto adverso. No hubo alteración en parámetros de funcionamiento de hígado, riñón, ni en los niveles de potasio, urea, sodio o magnesio. Sin embargo, a dosis elevadas (más de 300 mg/kg/día) se han descrito alteraciones en parámetros hepáticos, y aumento en los niveles de ácido único, con lo cual podría ser peligroso su consumo. En cantidades mucho más elevadas se han observado casos de infertilidad en ratas y a dosis superiores a 2gr/kg/día puede provocar intoxicaciones severas. Asimismo, hay que tener mucho cuidado si se están tomando diuréticos, ya que el consumo de hibisco puede potenciar sus efectos, de tal forma que eliminemos más volumen de líquido del deseado. Dado que las personas con insuficiencia renal suelen tomar este tipo de medicamentos, por ello no se recomienda el consumo de hibisco en ellos.

¿Qué cantidad de hibisco hay que tomar para bajar la tensión arterial?

Otro problema que comentan el grupo de la universidad de Arizona en su revisión sobre los efectos de hibisco es la disparidad de dosis entre los diferentes estudios realizados con esta planta, oscilando entre 1,25 y 10 gr al día. Por tanto, ¿qué dosis tomar?
Parece difícil responder esta pregunta, no obstante, en cualquier caso estas concentraciones están  alejadas de aquellas con las que aparecen efectos secundarios. Por ejemplo, una persona de 60 kg, podría comenzar con alteraciones en parámetros hepáticos a partir de 18 gr/día, aunque mi consejo es que si se consume, dado que no hay muchos estudios aún en humanos, se haga a dosis bajas, es decir más cerca de 1,25 que de 10gr/día,y se hagan controles periódicos analíticos.

Conclusiones

Como resumen de todo lo anterior, diremos que el hibisco es una planta que presenta una actividad interesante en el campo del control de la tensión arterial y de los valores de colesterol, si bien hacen falta más estudios que definan mejor su efecto. Su consumo a  dosis  bajas parece seguro, aunque debe evitarse en personas con insuficiencia renal moderada-avanzada y en aquellos que estén tomando diuréticos. Aunque no se ha comprobado toxicidad a dosis bajas, dada la falta de estudios, tampoco es conveniente tomarlo en mujeres embarazadas. Esperemos que haya en un futuro publicados nuevos trabajos que nos permitan conocer un poco mejor los prometedores efectos beneficiosos de esta interesante planta.


   

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